Tema del mes: ¡migración!

Por: Lilly Briggs
abril 5, 2021
En marzo 2020, el inicio de la migración estacional de cientos de reinitas, tangaras y otras aves migratorias Neotropicales fue un evento emotivo y agridulce para mi. Con la pandemia transformando dramáticamente el paisaje de todas nuestras vidas y cerrándonos en cuarentena, las aves podían viajar entre Costa Rica y Canadá, pero yo—como miles de otros—no.
 
Adelantémonos a hoy, abril 2021, cuando otra estación migratoria ha empezado y se extenderá hasta aproximadamente la mitad de mayo. Todavía estamos enfrentando muchas barreras y miedos relacionados con la pandemia. Hay luz al final del túnel gracias a la vacuna, pero la paciencia todavía es necesaria. Mientras incontables personas están esperando el momento en que puedan viajar, las reinitas y compañía están emprendiendo (o a punto de emprender) su tercer viaje de larga distancia desde que la pandemia empezó, muchas entre mi país adoptado de Costa Rica y mi “home and native land” de Canadá (esas palabras famosas de nuestro himno nacional).
 
Las aves y muchas otras especies de animales que migran no tienen, ni vínculos geopolíticos ni pasaportes. El Covid no ha impactado en cómo continúan con sus comportamientos y ritmos de tiempos inmemoriales. Sin embargo, sus viajes son llenos de peligros y desafíos, aunque no requieran pruebas de Covid ni visas.
 
Entonces, ¿qué es la migración?
 
La migración está definida como los patrones estacionales de movimiento de muchas especies, desde aves hasta ballenas, mariposas y más. Por ejemplo, la Reinita de Costillas Castañas (Setophaga pensylvanica), el ave emblemática de Finca Cántaros, es una especie migratoria que pasa los veranos del norte reproduciendo al este de Canadá y los Estados Unidos. Su territorio no-reproductivo durante los inviernos norteños extiende desde México a Panamá.
 
Desde octubre del año pasado, se puede observar la Reinita de Costillas Castañas (Setophaga pensylvanica) por todos lados en Cántaros. Pero en breve van a desaparecer. No voy a encontrarlos en las Cecropias tropicales; mis amigos en Canadá pueden disfrutar detectarlos entre maples. Sus viajes de miles de kilómetros involucran depredadores, agotamiento, y clima extremo como tormentas. Y esas son solo las amenazas naturales—la actividad humana ha aumentado los riesgos ya que hemos reducido y contaminado el hábitat que las aves migratorias ocupan para descansar y echar “gasolina al tanque” (comida), hemos creado contaminación de luz en metrópolis grandes que desorientan las aves que migran en la noche, y más.
 
Entonces, ¿qué los llaman del sur al norte con tantos riesgos involucrados?
 
Todo tiene que ver con comida, nena.
 
Mucha gente piensa que es por causa del clima, y eso sí es cierto en cuanto al hecho de que el clima impacta la disponibilidad de comida.
 
El tiempo de abril empieza a calentar los bosques del norte y con eso viene una explosión de insectos frescos alimentándose de hojas frescas. Un banquete ideal para los pájaros papás dando de comer a sus polluelos. Cuando agosto empieza a infundir el aire con un toque de frío, eso señala a las aves migratorias que es hora de buscar sustento al sur, donde los recursos alimenticios son abundantes y los bosques no se van a enterrar bajo nieve.
 
También existe migración altitudinal, dentro de países o regiones más pequeños. Por ejemplo, en Costa Rica el famoso Quetzal migra entre las elevaciones intermedias y altas, en busca de su preciado aguacatillo.
En Cántaros estamos atentos a las especies como la Reinita de Costillas Castañas, y también los Patos Canadienses que han disfrutado la Laguna Zoncho por varios meses. Cada día, observamos menos patos. La especie híbrida especial—una mezcla de un Green-winged y Blue-winged Teal—ya partió.
 
Siempre es un poco triste verlos partir, pero ahora podemos esperar nuevamente por la aparición de especies migrantes altitudinales como el Búho Crestado (Lophostrix cristata). Esta especie tan chiva pasa parte de su tiempo dentro del bambú, mirando hacia la Laguna; no estamos exactamente seguros a dónde va entre diciembre y junio pero ha vuelto cada junio los últimos dos años y sospechamos que hace una migración local.
 
Además de estas observaciones de campo, estamos siguiendo la migración de aves en muchas otras formas más formales, que serán el enfoque de un blog futuro durante este mes del tema migración.
 
¡Feliz Estación de Migración!

 

 

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