Una “especie” en el bosque de la educación ambiental: la identidad ambiental

Por: Lilly Briggs
febrero 19, 2021
Educación ambiental (EA) es un bosque diverso, como nuestro joven Bosque de los Niños de Coto Brus. EA es el núcleo de todos los objetivos de nuestra Asociación Ambiental Finca Cántaros.
 
Cada especie nativa diferente sembrada en nuestro Bosque de los Niños representa una meta distinta, cada una de igual importancia en el vasto campo de EA. Estas metas incluyen fomentando la identidad ambiental, fortaleciendo la auto-eficacia individual, generando capital social...
Y la lista no termina ahí.
 
Hoy me enfocaré en una de estas “especies” en el bosque de EA—identidad ambiental—usando otra metáfora ecológica.
Un pedacito de arena atrapado en un molusco es un “irritante.” Provoca a la criatura producir capas y capas de nácar. Con el tiempo, ese proceso produce una perla.

¿Qué es el opuesto de un irritante? ¿Un deleite?

¿Qué es el opuesto de un irritante? ¿Un deleite?
 
¡Juguemos con eso!
 
Un deleite por la naturaleza se instaló en mi a una temprana edad: observando con fascinación a los Blue Jays (Cyanocitta cristata) y otros pájaros comiendo en nuestro comedor, o pasando horas en mi “Bosque Encantado,” cerca de la casa de mi infancia en Quebec, Canadá. Aunque Google Maps no le va a indicar adónde queda el Bosque Encantado, fue muy oficial para la jovencita Lilly; hasta puse nombres a “sectores” diferentes del bosque como “Sombras Musgosas” y “Silencio Mágico.” En efecto, estas experiencias eran mágicas—y también eran como los primeros pedacitos de arena, atrapados en el crustáceo, que provocaron las primeras capas de mi identidad ambiental.
 
Mi deseo de pasar tiempo en la naturaleza es una capa importante de mi identidad ambiental. Esa capa ha “espesado” con el tiempo, año tras año desde que era una chiquita que se nombró a si misma “Lilly Blue Jay Briggs, la ambientalista,” e impulsó a su clase de la escuela a organizar ferias de tortas para recaudar fondos que ayudarían a los bosques tropicales. Mi creencia firme de que la naturaleza es importante para mi y toda la humanidad ha nutrido mi motivación de ayudar y crear más Bosques Encantados. Me ha impulsado a dedicar mi vida adulta a la educación ambiental, y a la vez quiero inspirar a las y los jóvenes de esta generación a apreciar y proteger el planeta.
 
Estudios muestran una y otra vez que experiencias positivas en la naturaleza siendo jóvenes, combinado con mentores adultos fuertes que apoyen el desarrollo de confianza y capacidad, son temas comunes entre las historias de muchos adultos dedicados a la conservación.
 
Estoy agradecida con mi papá, quien me llevó al bosque y me llevó a pajarear, y me emocionó con la naturaleza de la misma forma que muchos chiquitos se ponen hiperactivos con el azúcar.
 
Estoy agradecida con mi mamá, quien me compró libros como “50 Maneras como los Jóvenes Pueden Salvar el Planeta” y me ayudaba a pensar estratégicamente sobre cómo podría organizar actividades de educación ambiental que inventé.
 
Estas fuerzas poderosas se alimentan la una con la otra, y alimentaban el crecimiento contínuo de nuevas capas de mi identidad ambiental. La Asociación Ambiental Finca Cántaros quiere crear experiencias similares para los más jóvenes posibles. Queremos ofrecer una chispa de deleite que pueda crear o fortalecer las capas de sus identidades ambientales también. Para resumir, las dimensiones de identidad ambiental incluyen un sentido de conexión a aspectos del medioambiente y una creencia que medioambiente es una parte sumamente importante de quienes somos. Estas dos dimensiones pueden crear motivación de ayudar el medioambiente.
 
Todas nuestras “perlas” de identidad ambiental, incluida la mía, tienen imperfecciones y son trabajos en progreso. Pero son bonitas y diversas y nos dan esperanza para el futuro. Como un bosque, y como el campo de educación ambiental.
 
 
 
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