“Estoy desarrollando cada vez más mi identidad como finquera,” le digo a mi pareja con mucha seriedad, mientras ponga mis guantes de trabajo y empiezo a medir porciones debiofermento(abono orgánico) preparado con antelación en una sesión de “Mujeres Comprometidas con la Tierra,” nuestro programa de educación ambiental y empoderamiento de género en Finca Cántaros.



“Amor, sus guantes están puestos al revés,” me señaló con una sonrisa amable. 

Echo un vistazo a mis manos y río. Claro, no me sorprende, pienso.

Me convertí en una finquera hace dos años y resto cuando compré una propiedad llamada Finca Cántaros en un cantón rural al sur de Costa Rica, Coto Brus. La propiedad tuvo 7.5 hectáreas de bosque secundario, reforestado hace más de 25 años, y yo agregué 7.5 hectáreas más de potrero. Mi equipo y yo estamos reforestando este potrero a través de iniciativas de educación ambiental involucrando la comunidad. Para nutrir los arbolitos en los proyectos de reforestación de una forma ecológica, estamos aplicando biofermentouna mezcla de boñiga, frutos en descomposición, y más ingredientes ricos en nutrientes. Por eso estoy aprendiendo como diluirlo con las proporciones correctas de agua, y rociarlo con una bomba de espalda. 

Desde que me convertí en una finquera, he sentido como si tuviera mis guantes puestos al revés el 99% del tiempo mientras emprendo este aprendizaje intenso que involucra aventuras como la preparación de biofermento y mucho más. Pienso en mi misma como “la finquera inexperta,” con auto-compasión algunos días, y auto-crítica en otros. Acabo de darme cuenta que mi trayecto personal como la finquera inexperta ofrece una oportunidad perfecta para la reflexión sobre un objetivo crítico de educación ambiental: fomentar la confianza y empoderamiento para tomar acción ambiental.  

Mis días auto-críticos son claves en esta reflexión. Pienso algo así con un poco de desespero: “¡Hay tantas cosas que todavía ni sé que no las sé!” También me siento un poco hipócrita. Como alguien que ha trabajado en educación ambiental por más de veinte años, he hablado repetidamente sobre la importancia de los árboles—protegiendo los que ya existen, sembrando más de ellos, etc.—pero basándome en lo que han dicho otros ambientalistas, y no en experiencias mías, involucrando mi propio sangre, sudor y lágrimas. Es un sueño realizado tener esta oportunidad de proteger un bosque y crear uno nuevo activamente. protect an existing forest and Pero ensuciando mis manos es literalmente y figurativamente más ensuciador que hablando teóricamente sobre el tema.
 theoretically.

Como humanos es muy común que queramos escondernos cuando enfrentamos cosas que no sabemos cómo hacerlas. Sin duda, he querido esconderme en el bosque existente de Cántaros, en vez de caminar hacia el potrero expuesto, cuando me siento perdida en múltiples perspectivas sobre el manejo del terreno, frecuentemente expresadas en español de forma rápida por maes que tal vez no piensan que una mujer extranjera hablando en su segundo idioma es capaz de entender y/o hacer esas decisiones (¡el enfoque para otros blogs por aparte!). Unos de miles de ejemplos:


Las zompopas están atacando unos arbolitos, ¡otra vez!

Las soluciones químicas pueden tener un efecto más inmediato y poderoso, pero obviamente no reflejan el espíritu ambiental del proyecto. Por otro lado, muchos productos orgánicos muestran resultados positivos pero pueden involucrar más labor para aplicar. 

El “zacate maní” están creciendo en muchas áreas reforestadas, ¡rápidamente!


Unos argumentan que esta planta de rápido crecimiento y raíces profundas puede tomar control de un área. Otros argumentan que como fijador de nitrógeno puede mejorar la salud del suelo. 

Varios árboles desesperadamente necesitan una pronta infusión de nutrientes, ¡o tal vez mueran! 

Tenemos que aplicar el biofermento con la luna creciente, para asegurar una máxima absorción, Y aplicarlo en la horas tempranas del día antes de que haga mucho calor. ¿Pero logísticamente, podemos cumplir esos requisitos E involucrar los participantes en nuestros programas de educación ambiental?

Confieso que me he escondido en muchas ocasiones have he escondido en muchas ocasiones. Por eso precisamente la educación ambiental busca prepararnos para metafóricamente exponernos en el pasto abierto, aún cuando nos sentamos torpes o inexpertos.

Los que siguen este blog ya me han escuchado decir que los objetivos de educación ambiental van mucho más allá de la transferencia de conocimientos. El “más allá” ha sido el enfoque de blogs anteriores, desde la fomentación de identidad ambiental y conexión con la naturaleza. Quiero repetir también que la adquisición de conocimientos todavía es un componente importante de educación ambiental, aunque no sea el único. Los conocimientos van de la mano con identidad ambiental, conexión con la naturaleza, y lo que describo aquí: la capacidad act even when it is messy. de actuar aún cuando sea abrumador y complicado. Los conocimientos son parte de un círculo que se refuerza. Entre más conocimientos tenga, más veces puedo mostrarme con confianza. Entre más me muestre con empoderamiento, más abierta estaré para aprender de la retroalimentación de los demás en vez de sentirme insegura. Puedo crear más días de auto-compasión y menos auto-críticas, que motivará más acción ambiental y no el impulso de esconderme en el bosque.

Cuando se trata de acción ambiental, nadie tiene la única solución. Todos somos un poco torpes. Por eso creo que educación ambiental tiene que dar oportunidades iguales para aprender sobre biofermento (o lo que la situación requiera) así como además de oportunidades para oportunidades para desarrollar confianza y empoderamiento para seguir mostrándonos en nombre del planeta, sin importa el número de veces que caigamos en nuestra “torpeza.”

Ahora, con permiso: tengo una bomba de espalda llena de excremento de vaca (quiero decir, biofermentobiofermento) y muchos arbolitos esperándome*. Y acabo de confirmar—hoy están bien puestos mis guantes.