Pajareando desde la cama con una bebé en mi pecho

Por: Lilly Briggs
octubre 10, 2021

Por unas semanas, los médicos me han “recetado” una prescripción verbal—¡quédese lo más quieta posible! Tengo mucha suerte, porque no me obligaron a estar dentro de la casa y en mi cama por causa de Covid-19—como el trágico número de personas que lo han tenido que hacer durante esta pandemia sin fin—sino como resultado del evento más feliz de mi vida. Una cesárea fue necesaria para traer a nuestra hermosa bebé Lucy Rose a este mundo, un “early bird” que llegó tres semanas antes de su fecha prevista. Durante mi recuperación de la cirugía, he tenido mucho tiempo para quedarme mirando a mi nueva hija y al mismo tiempo continuar mi práctica diaria de enviar una lista de aves a eBird (aplicación desarrollada por Laboratorio de Ornitología de CornellAunque solo estoy pajareando limitada a través de un marco de las ventanas de mi habitación aquí en Coto Brus, Costa Rica (en vez de estar pajareando en el bosque), todavía puedo ver y escuchar un número increíble de especies. Eso no me sorprende dado que Costa Rica es un país reconocido en el mundo por su diversidad de aves.. 

Pajareando desde la cama con una nueva bebé en mi pecho me ha creado mucho espacio mental para reflexionar sobre el significado de las aves en mi vida, y para imaginar lo que van a significar las aves en la vida de Lucy.

Cuando tenía nueve años, ayudaba a mi papá cada mañana a llenar los comederos de aves en frente de la ventana de nuestra sala de estar en Quebec. Nuestra familia había vuelto a Canadá después de tres años en Asia, debido a que mi papá estaba trabajando para el Departamento de Asuntos Exteriores, y el cambio fue dramático entre las ciudades congestionadas de Taipei y Beijing al campo canadiense, en una región que se llama Gatineau. Observando cada mañana aves como urracas azules, “chickadees”, carpinteros y picogruesos con mi papá, era una experiencia mágica. 

Treinta años más tarde, las memorias de esas mañanas mágicas observando aves todavía son muy vívidas. La ventana que mi papá abrió para mí al maravilloso mundo de la naturaleza ha sido literal y metafórica. El placer de observar las aves inspiró mi interés en la protección de su hábitat, impulsando una trayectoria de mi vida trabajando en conservación, especialmente educación ambiental. Mi historia no es muy única—las investigaciones sugieren que mucha de la gente involucrada en conservación personalmente o profesionalmente, atribuye su involucramiento a las experiencias memorables relacionadas con la naturaleza cuando niños, y pasando tiempo en la naturaleza con un modelo adulto. Mi pasión por el medioambiente y mi deseo de ayudar a protegerlo para las futuras generaciones (mucho antes de que yo creara un miembro más a esa generación), me llevaron a trabajar con y para muchas organizaciones ambientales sin fines de lucro. Después, lancé mi propia organización Asociación Ambiental Finca Cántaros (FCEA)—pandemic be damned! Our mission is “Nuestra misión es “Aprender, conectar y actuar: creando comunidad e inspirando acción por medio de educación ambiental.” La educación ambiental es el corazón del trabajo de la AAFC, para alinear con mi prioridad profesional primordial, y está vinculada a nuestros otros pilares claves de la organización, reforestación e investigación..” Environmental education is at the core of FCEA’s work, in keeping with my number one professional priority, and it is tied to our other key pillars of forest restoration and research. 

AAFC fue el primer bebé que empecé a crecer, pero mientras estoy pajareando desde la cama con mi bebé humano, mi atención está más dirigida al futuro de mi hija que al de la asociación. He escuchado por años que es difícil para los papás evitar la proyección de todos sus sueños y esperanzas sobre sus hijos. Nunca he entendido ese fenómeno más que ahora, mientras observo a mi bebé (¡esos piecitos tan tiernitos!), después a las aves (¡las migratorias han vuelto!) y de nuevo a la bebé. 

La leche materna es un elixir milagroso de la naturaleza, pero no puede transmitir mis afinidades ambientales automáticamente, no importa la cantidad que mi hija tome. Ojalá fuera tan fácil. Mi pareja y yo conversamos mucho sobre cuándo podremos llevar a Lucy a pajarear, y “bromeamos” sobre la idea de ponerle binoculares en sus manos apenas pueda sostenerlos. Pero nada garantizará que ella tenga interés o motivación de volverse una “nerd” de la naturaleza como sus papás, o el ser una ciudadana responsable en cuanto al medioambiente. Si sabemos alguna cosa con certitud, es que entre más desesperados están los papás de inculcar ciertos valores en sus hijos, más probable sea de que salga el tiro por la culata. 

Como alguien que ha sido involucrada en educación ambiental, tanto profesional como académicamente, sé que los factores para motivar comportamientos ambientales son complejos. Pero será difícil aceptarlo si no puedo inspirar a mi propia hija a interesarse por el medioambiente, en especial por las aves que jugaron un gran papel en atraerme a Costa Rica. Realicé muchos viajes a Costa Rica y a otras partes de Centroamérica cuando fuí parte del Laboratorio de Ornitología de Cornell, para facilitar talleres sobre un currículo de educación ambiental que ayudé a desarrollar enfocado en aves (llamado Detectives de Aves or Detectives de Aves , y para enseñar capacitaciones sobre cómo utilizar eBird. Decidí que iba a construir una vida aquí en la tierra del pura vida, pura viday después tuve la buena suerte de conocer al papá de Lucy, en un taller que enseñamos juntos sobre eBird y Merlin. MerlineBird, disponible globalmente, permite que las y los pajareros puedan hacer una lista de las aves que logren identificar en cualquier lugar, en cualquier momento, y compartir su lista con una de las bases de datos relacionada con biodiversidad más grande del mundo y además es accesible para todos. Estas enormes contribuciones de datos han sido usadas en investigaciones y planes de manejo de conservación enfocados en aves en todo el mundo. Merlin es la aplicación que ayuda con la identificación de aves, también desarrollada por el Laboratorio de Cornell.

Solo el tiempo nos dirá si Lucy se convertirá en una ambientalista, amante de la naturaleza, usuaria de eBird, o todo eso y más (¡sin presión, cariño!). Pero por el momento, mientras esté practicando posiciones que me permitan amamantarla y usar mis binoculares al mismo tiempo, voy a darme el lujo de soñar que por lo menos, un día los ojos de mi hija van a iluminarse al ver las aves fuera de la ventana.

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